9 de cada 10 adultos mayores que permanecen en asilos padecen afectaciones en su estado emocional debido a la inactividad física, deterioro cognitivo, demencia, síndrome de fragilidad o poca respuesta inmunitaria, así como soledad por distanciamiento social, situación que tiene un mayor impacto durante esta temporada de confinamiento a causa de la pandemia debido a las restricciones de visita para sus familias, sostuvo Enid Asvany Guzmán Caballero, gerontóloga de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma del Está de México.
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Comentó que gran parte de estos espacios donde se alberga y da atención a los adultos mayores carecen de las condiciones adecuadas pues muchas son solo casas adaptadas, lo que conlleva a restringir las medidas de confinamiento.
Hoy en día no existe evidencia o estudio de cuáles son los efectos colaterales que afectan a la población adulta mayor.
Lamentó que en 1 de cada 10 asilos de la entidad carecen de profesionales en gerontología o geriatría que conocen sobre las intervenciones adecuadas para este sector, y que en el resto solo tienen personal que trata de cubrir las necesidades, pero no se llevan a cabo por los servicios saturados.
Lo que se les sugiere, destacó Guzmán Caballero, es llevar a cabo programas de activación física, de teleasistencia, asesorías para actividades sociales a distancia y terapias psicoemocionales por los efectos colaterales de la pandemia.