Hoy tiene lugar el Segundo Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Orador. A la lectura del documento asistirán en Palacio Nacional 70 invitados por aquello de mantener la sana distancia.
El mandatario mexicano, se espera, dirigirá un mensaje breve de los logros de su último año de gobierno y de lo que está por venir. Al respecto, se estarían retomando acciones o hechos de septiembre de 2019 a lo que llevamos de este año pero, sin lugar a dudas, lo que se recuerda son sus decisiones alrededor de la pandemia en México: el saludo a la mamá de El Chapo, la recomendación de ir a fondas y restaurantes al tiempo que se daba el mensaje a la población de mantenerse confinada; las giras; que no quiso usar cubrebocas; aseguró que la pandemia estaba siendo domada; dijo que a México no le estaba yendo mal económicamente, etcétera.
Podemos repasar varios momentos del jefe del Ejecutivo federal en los últimos 12 meses y coincidir con él hasta el final, haberlo dejado de hacer o nunca haberlo hecho pero lo que importa es la evaluación realista, en políticas públicas, en propuestas y proyectos, la ejecución de los mismos y en aptitudes, conocimientos y desempeño. Ser realista es ser racional, decía el filósofo alemán Hegel.
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