Codhem plantea el aislamiento social como detonante en el aumento de adicciones

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El aislamiento social prolongado, el cambio de la dinámica social, el desempleo, la falta de oportunidades educativas y el contexto de violencia en que se desarrollan las personas, pueden ser factores de problemas emocionales o psicológicos y el aumento de adicciones, comentó el jefe del Departamento contra la Discriminación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), Mario Ernesto Montes de Oca Bernal.

Es necesario el apoyo familiar y comunitario, pero sobre todo, la persona debe pedir ayuda para recibir atención especializada (Foto: Especial).

En el marco de la capacitación a distancia que brinda la Codhem a defensores municipales, personal docente, promotores de convivencia escolar y población en general, señaló que estas situaciones afectan en mayor medida a integrantes de grupos en situación de vulnerabilidad, de ahí que es necesario el apoyo familiar y comunitario para fomentar la salud física y mental, pero sobre todo, la propia persona debe aceptar su adicción y pedir ayuda para recibir tratamiento y atención especializada.

Al exponer el tema “Atención al incremento de adicciones en tiempos de aislamiento social”, comentó que cifras oficiales indican que aumentó el consumo de bebidas embriagantes durante el aislamiento social por el COVID-19, por ello recomendó hablar con hijas e hijos o familiares sobre el tema, tomar medidas de prevención y darles a conocer los riesgos a los que se enfrentan.

Explicó que la adicción es el consumo frecuente de estupefacientes a pesar de conocer sus consecuencias negativas, mismas que pueden modificar el funcionamiento y estructura del cerebro, provocando conductas peligrosas, sin embargo, hay quienes consideran que no son adictas y creen que pueden controlarse.

Explicó que personas expuestas a una discriminación constante, como pueden ser las mujeres, niñas y niños, personas migrantes, integrantes de la comunidad lésbico-gay o en desempleo, son más susceptibles a vivir también en contextos de violencia de género, inseguridad pública, crímenes de odio y aislamiento social, lo cual puede llevarlas a desarrollar alguna adicción a las drogas.

Puntualizó que toda adicción destruye, por tanto, requiere tratamiento especializado; servicios integrales y multidisciplinarios, y atención bajo una perspectiva de género; y sugirió evitar una mirada criminalizante o pensar que las y los adictos son malas personas, por el contrario, no juzgarlas y centrar la atención en que son personas que requieren ayuda.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el derecho a la protección de la salud debe ser prioritario y es el estado de equilibrio entre la persona y su entorno socio-cultural, que incluye el bienestar emocional, psíquico y social, lo cual influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona ante momentos de estrés, por tanto, una persona con salud mental y física tendrá un desarrollo integral y equilibrio sobre lo que piensa, hace y vive, lo cual permitirá formar una sociedad sana y feliz, finalizó.

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