Sobre la inequidad de género plasmada en monumentos o el patrimonio construido, académicos de disciplinas como Arquitectura, Sociología, Pedagogía, Diseño y Turismo, entre otras, colaboraron en la elaboración del libro Lo binario. Femenino masculino. Símbolos de género en conventos novohispanos, liderados por los investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México, Héctor y Carolina Serrano Barquín, quienes en el marco del Programa “Abril, mes de la lectura”, presentaron un análisis con las similitudes y diferencias de los conventos de frailes y monjas.
En el Museo Universitario “Leopoldo Flores”, el académico universitario Héctor Serrano Barquín mostró imágenes de conventos que hacen visible la diferencia entre los recintos para monjas y frailes.
“Queremos que a través del patrimonio construido y la estética de los conventos de la Nueva España se entienda un problema de género y una violencia que se inscribe dentro de la ´violencia simbólica´, es decir, aquella en contra de las mujeres por medio de una serie de condicionamientos y mensajes visuales”.
Lo binario. Femenino masculino. Símbolos de género en conventos novohispanos, editado por la UAEM, parte de caracterizar aspectos de los conventos de frailes que no existen en los de monjas; hay una diferenciación que consideran los autores, es innecesaria, pero que lamentablemente todavía existe entre lo masculino y lo femenino.
El libro aborda la masculinidad agresiva, la destrucción de recintos sagrados de mujeres, la virginidad recluida en muros, así como la expresión austera de un convento masculino comparada con los conventos de monjas, y el rol social de mujeres, a través de los lavaderos, que son monumentos dedicados al rol social de que la mujer debe hacer solamente sus labores domésticas: lavar ropa, planchar, barrer. Una monja que entraba no salía jamás, ni muerta, porque las sepultaban ahí mismo.
Los roles sociales están muy expresados, los frailes podían salir en todo momento de sus conventos y las monjas entraban para no salir jamás. Las monjas no salían de sus labores sociales: cocinar, lavar, rezar, bordar, vendían dulces para sostener sus conventos.
