La manifestación de miles de mujeres y habitantes de Ecatepec en contra de la violencia hacia a la mujer es un gran paso para seguir moviendo a la conciencia social de la importancia del respeto y tolerancia al sexo femenino.
Ya basta de ideas preconcebidas de lo que debe o no hacer una mujer pues no es un objeto ni mucho menos propiedad de nadie. Esto agrega que ningún otro puede decidir sobre ella y su vida.
Y no es asunto de igualdad con el hombre pues claramente física y mentalmente somos distintos. El punto es dejar de ver a la mujer como inferior, servicial y sacrificada al servicio del hombre y de los demás.
La percepción de y hacia la mujer está en la cabeza de cada uno, incluyendo a la propia mujer, y solamente uno mismo decide cuándo dar el primer paso y reflexionar sobre ideas sociales, culturales y hasta religiosas que hoy nos perjudican en la convivencia como sociedad.
Si practicáramos los valores universales, que como tales son para todos, viviríamos en armonía y paz. Es decir, con una pizca de respeto, libertad y justicia, aunque resulte irrisorio o idealista para algunos, la vida nos vendría mejor.
Seguir viendo a la mujer por debajo o más abajo es aceptar nuestras limitaciones mentales.