Al presidir la celebración de acción de gracias por 30 años de ordenación episcopal y más de 48 de vida sacerdotal, el arzobispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos dijo sentirse feliz por haber llegado a este momento, al tiempo que agradeció a los sacerdotes de la arquidiócesis por la confianza y la entrega que le han brindado y a su vez externó también gratitud por haberlos amado y servido.
Dicha conmemoración se llevó a cabo este viernes en la catedral de Toluca y estuvieron presentes obispos, cardenales, sacerdotes y miembros de la vida consagrada.
En un mensaje muy emotivo, monseñor Chavolla Ramos agradeció el cariño, atención y el amor que ha recibido y a Dios por su misericordia.
Refirió que permanece en su corazón el respeto, cariño, atención, fraternidad, sencillez y la confianza que impera entre los obispos, el cual ha sido un ejemplo y testimonio para su vida. También se reconoció pecador. Sobre todo, cuando he ofendido, he dado mal testimonio, agregó,
Recordó que sus 30 años de vida episcopal comprendieron más de doce años en Matamoros y 17 años y medio en Toluca. También dijo que personajes bíblicos como Isaias, Pedro y Pablo han marcado su vida.
Durante la homilía y al dirigir un mensaje en esta celebración, el obispo de Azcapotzalco, Adolfo Castaño Fonseca agradeció la labor de monseñor Chavolla Ramos y destacó que el arzobispo ha levantado la voz para defender la vida, el matrimonio y a la familia, además los principios del evangelio que sustentan la vida cristiana, mencionó.
También, agregó, ha sabido confortar con palabras de aliento a los débiles y abatidos. Le han granizado críticas a gran escala, señalamientos y hasta demandas, comentó
Resaltó que al cumplirse tres décadas de su ministerio episcopal, su voz no se apaga, porque no nace de su garganta sino de su corazón de pastor.
