A dos horas de la Ciudad de México y una hora de la capital mexiquense se ubica el Pueblo Mágico de Ixtapan de la Sal, rodeado de tierras fecundas, agua abundante y un clima soleado, destino de gran riqueza cultural, histórica, gastronómica y artesanal.
Ixtapan deriva del náhuatl y se combina de “iztatl” que significa sal y “pan” que expresa “en o sobre”, su significado es “en la sal” o “salinas”. Los nahuas explotaban la sal de esta zona, y en 1472 los Mexicas obligaron a los locales a pagar tributo con este producto, de ahí su origen.
Para un momento de salud y relajación las y los visitantes pueden pasar un tiempo en el Balneario Municipal “El Bañito”. Borbollones de agua brotan de la tierra con una temperatura que oscila en los 39 grados centígrados con una mezcla de minerales y propiedades medicinales.
También encontrarán una alberca para aplicación de barro, tinas de hidromasaje, masajes terapéuticos en área techada y un área para la diversión de niñas y niños.
Entre velas, incienso y aceites llega el momento de consentir al cuerpo y descansar la mente con un masaje relajante en uno de los diversos spas que ofrece este destino.
Este Pueblo Mágico alberga uno de los más grandes Parques Acuáticos de Latinoamérica con diversos juegos extremos, familiares y también para los más pequeños paseos en lancha, trenecito, cabinas, vestidores y zona de alimentos.
En el centro se encuentra el tradicional jardín municipal con su quiosco, el monumento Mártires de Ixtapan, hecho por el escultor Juan Francisco Escalona, y es inevitable al estar ahí el degustar unos ricos esquites o nieves de la región.
Los amantes del turismo religioso pueden recorrer y admirar la Parroquia de la Asunción de María y Capilla del Señor del Perdón, construida en el siglo XVI y terminada en 1682. Es de estilo tequitqui, mejor conocido como plateresco español, con algunos detalles barrocos.
Finalmente, es importante mencionar que, artesanalmente Ixtapan de la Sal se distingue por la alfarería, el tallado de madera y el metal forjado.
