El libro Elecciones en el México del siglo XIX. Las fuentes, versa sobre la historia de las prácticas electorales así como de las ciudadanías en construcción, dijo la doctora Regina Tapia, profesora investigadora de El Colegio Mexiquense, A. C. en la presentación que se realizó en la Facultad de Humanidades de la UAEMéx.
La doctora Tapia explicó que es difícil estudiar las elecciones, particularmente al ciudadano del siglo XIX, y se requiere de un gran ejercicio de imaginación para encontrar las fuentes, interpretar y reconstruir el pasado.
El proyecto surgió del seminario Hacia una historia de las prácticas electorales en el siglo XIX en México y dio como resultado estudios sobre las fuentes que dan cuenta de la idea de pasividad ciudadana y de que en México no se vota o participa. El libro abarca desde la Constitución de Cádiz hasta unos años previos a la Revolución y señala que los procesos electorales no fueron unitarios en los estados del país.
La doctora Diana Birrichaga, profesora investigadora de la UAEMéx, dijo que el libro, publicado por el Instituto Mora, aparece en un momento en el que existe escaso interés por la historia electoral en México, pero que habla de un periodo historiográfico importante pues en el siglo XIX, candidatos y votantes participaron en la construcción de las instituciones y la obra da cuenta de cuáles eran las limitantes y las ventajas de participar en las elecciones así como de la necesidad de legitimar la autonomía de los estados en el México independiente.
El objetivo del libro es rescatar y estudiar las fuentes decimonónicas en materia electoral y dar a conocer el tipo de información que es útil para estudiarlas. En los artículos se exponen las fuentes, de carácter político, legal, estadístico o de publicaciones periódicas, y se evidencian las dificultades en el proceso de investigación.
El doctor Fernando Díaz Ortega, subdirector académico de la Facultad de Humanidades, consideró que una de las aportaciones del libro es que muestra cómo se elabora un marco teórico-metodológico. En él, los autores dan ejemplo de cómo se trabaja una fuente desde dos perspectivas: una, lo normativo que se refiere a lo qué decía la Constitución, y otra, la de la realidad, es decir cómo era el ciudadano que votaba. Finalmente mencionó que el libro también contribuye a la historiografía del poder y la democracia y que puede aplicarse al estudio de los procesos electorales actuales.
La doctora Ana Lidia García Peña, profesora investigadora de la UAEMéx, comentó que el libro invita a reflexionar para qué sirve la historia y el estudio del pasado y el presente: para comprender nuestro desencanto y fastidio con los representantes políticos y cómo hemos aprendido a vivir la democracia. El libro es una aventura intelectual que invita a descubrir una historia que ha sido mal comprendida y que tiene tres ejes temáticos: la lógica de las prácticas en la disputa por el poder; el cuestionamiento de prejuicios historiográficos y el nuevo uso de las fuentes históricas que hablan de los procesos electorales.
