Nadie lo llama pero él acude. El presidente de la república se montó en la eventual condena a cadena perpetua en Estados Unidos del programador y periodista Julián Assagne, acusado de espionaje y otros cargos y pidió que si se le castiga debe quitarse la estatua de la libertad en Nueva York.
El mandatario está viendo cen cuanto a periodismo y libertad de prensa se refiere. Durante su sexenio le ha puesto calificativos de todo tipo a los periódicos y medios de oposición y ha lanzado acusaciones y presionado a periodistas. Además, tan solo en este año han sido asesinados 12 de ellos. ¿Cómo es entonces que ahora se mete en asuntos internacionales para decidir lo que procede o no en materia de Libertad de Expresión y lo que se le asemeja?
Por otro lado, la violencia está desatada en el país. Mayo pasado fue considerado el mes más violento de la administración con 79 muertes al día.
Si de fondo lo que busca el jefe del Ejecutivo federal es distraer la atención en asuntos que no nos competen, en nosotros está darnos cuenta y exigir que se ponga a gobernar. Los distractores, cortinas de humo o caja china abundan; Milton Friedman, Premio Nobel de Economía 1976, dijo que “hay una cortina de humo detrás de cada programa de gobierno”, ¿será en México la seguridad?