A lo largo de los últimos dos años el número de casos de violencia sexual contra menores de edad se disparó hasta en un 40 por ciento derivado del periodo prolongado de encierro.
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De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud se reportaron 8 mil 170 casos, que significan dos mil 670 casos más que en el año previo, esto es solo la cifra en materia de salud, pero no se consideran los datos de la Fiscalía, los sistemas DIF y la propia cifra negra.
María Fernanda Rascón, directora de la organización “Infancia Común” señaló que las condiciones de pandemia hicieron evidente que gran parte del peligro para los menores está justo dentro de sus hogares.
“Los datos en 2018 a 2020 cerca de 5 mil 500 casos a nivel nacional de niños que llegan al sector salud con un caso de agresión sexual, eso es muy escandaloso porque si consideramos que de esos 5500 casos en un año aumentaron a más de 8 mil, son datos que nos dicen que los niños además de vivir diversas formas de maltrato sufren este tipo de agresiones que son de las que más daños y secuelas dejan en las personas”
El 75.4 por ciento de los abusos se da dentro de os hogares y de esa cifra el 33 por ciento refiere que el agresor es un miembro de la familia, un tío, primo, abuelo, incluso la madre.
Señaló que dentro de la sociedad se debe tener un nivel de preparación para poder atender el tema, desde docentes, amigos, cuidadores, personas que pueden identificar casos de esta u otra violencia y que pueden ser determinantes para detener y evitar futuros abusos.
“Esta cifra es confirmar ciertas cosas que en el tema de abuso surge en muchos casos en la casa, cuando aún pensábamos que se daba por personas extrañas es al revés se da en la intimidad familiar”
Algunos de las señales de alarma que deben considerarse son cambios repentinos de conductas, que repentinamente no quieran convivir con una persona determinada, infecciones, pérdida de apetito hasta sangrados.
Un punto fundamental es siempre creer a los menores, porque están haciendo un esfuerzo muy grande por vencer el miedo y pedir ayuda.