Volar de Nueva York a Londres hasta cuatro veces más rápido de lo que es posible actualmente puede parecer un sueño lejano, pero la NASA está explorando si el mercado comercial podría soportar viajes a tales velocidades.
La NASA investigó el caso comercial de los viajes aéreos supersónicos de pasajeros a bordo de aviones que teóricamente podrían viajar entre Mach 2 y Mach 4 (entre 2.470 y 4.900 kilómetros por hora al nivel del mar). En comparación, los aviones de pasajeros más grandes de hoy vuelan a aproximadamente 965 kilómetros por hora, o alrededor del 80% de la velocidad del sonido.
La misión Questt de la NASA, con su silencioso avión supersónico X-59, tiene como objetivo proporcionar datos a los reguladores que ayudarían a cambiar las reglas de los vuelos supersónicos terrestres.
“Realizamos estudios conceptuales similares hace más de una década a Mach 1,6-1,8, y las hojas de ruta resultantes ayudaron a guiar los esfuerzos de investigación de la NASA desde entonces, incluidos los que condujeron al X-59”, dijo en un comunicado Lori Ozoroski, gerente de proyecto del Proyecto de Tecnología Supersónica Comercial de la NASA. “Estos nuevos estudios actualizarán las miradas a las hojas de ruta tecnológicas e identificarán necesidades de investigación adicionales para un rango más amplio de alta velocidad”.
El Programa de Vehículos Aéreos Avanzados (AAVP) de la NASA ahora está pasando a la siguiente fase de investigación sobre viajes de alta velocidad, que incluye la emisión de dos contratos de 12 meses a empresas para desarrollar diseños conceptuales y hojas de ruta tecnológicas. Las hojas de ruta explorarán las posibilidades de viajes aéreos, describirán los riesgos y desafíos e identificarán las tecnologías necesarias para hacer realidad los viajes a velocidades Mach 2+.
Boeing lidera el primer equipo, con los socios Exosonic, GE Aerospace, Georgia Tech Aerospace Systems Design Laboratory, Rolls-Royce North American Technologies y otros. Northrop Grumman Aeronautics Systems lidera el segundo equipo, con los socios Blue Ridge Research and Consulting, Boom Supersonic y Rolls-Royce North American Technologies.
Cada equipo desarrollará elementos de la hoja de ruta que incluyan estructura del avión, potencia, propulsión, gestión térmica y materiales compuestos que puedan resistir altas velocidades supersónicas. También crearán diseños no propietarios para vehículos conceptuales.
“Es realmente importante tener en nuestras manos los conceptos de diseño y las hojas de ruta tecnológicas cuando las empresas estén terminadas”, dijo Mary Jo Long-Davis, gerente del Proyecto de Tecnología Hipersónica de la NASA. “También somos colectivamente conscientes de la necesidad de tener en cuenta consideraciones de seguridad, eficiencia, económicas y sociales. Es importante innovar de manera responsable para devolver beneficios a los viajeros y no dañar el medio ambiente”.
La Dirección de Investigación de Misiones Aeronáuticas de la NASA y la AAVP han encargado a Long-Davis y Ozoroski desarrollar una estrategia de alta velocidad. Estos diseños conceptuales de vehículos y hojas de ruta tecnológicas son clave para desarrollar esa estrategia.
Una vez que se complete la fase de participación de la industria, la NASA y sus socios industriales y académicos decidirán si continúan la investigación con sus propias inversiones.