El gobierno del estado de México presentó el Plan Colibrí, el cual busca responder a las necesidades en materia de transporte público de manera sostenible e integral. Daniel Sibaja, Secretario de Movilidad, mencionó que se trata de 100 acciones que se basan en 10 ejes de transformación que tendrán un impacto sustancial e inmediato en la vida de los mexiquenses.
No obstante, en el proyecto no se ve como una prioridad atender a las personas discapacitadas. Y es que alrededor de siete millones de habitantes tienen problemas de integración en las ciudades mexiquenses por la falta de una movilidad adecuada. Es decir, se requiere de espacios que posibiliten la autonomía al llegar y salir de las edificaciones, unidades con rampas, formas de cobro fáciles -o gratuidad- y con altura correcta, personal de asistencia y señalizaciones.
En las grandes ciudades del mundo operan los sistemas masivos de transporte con puertas de cortesía, elevadores, semáforos auditivos, botones de información y botones de alerta, anuncios visuales y auditivos. También, entre las prácticas de accesibilidad universal están paraderos especiales, espacios y asientos preferenciales, capacidad máxima de pasajeros en las unidades, sistema de alerta de servicio de parada, paraderos, sistema de dispositivos para recarga.
Todo esto implica desde luego un cambio de mentalidad social y de calidad de vida en las ciudades mientras que para los concesionarios del transporte público la inversión en todo tipo de usuarios, la mayor captación de estos y la capacitación de choferes. Las personas con discapacidad tienen que ser integrados en el transporte público de pasajeros si es que se quiere hablar de accesibilidad y sostenibilidad.
