Para despertar y promover entre niñas, niños y adolescentes mexiquenses, las herramientas necesarias para enfrentar las demandas sociales, físicas y emocionales que viven día con día, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM) brindó a 400 especialistas educativos de salud mental, el taller “¿Cómo hacer del aula un espacio para aprender y enseñar las habilidades para la vida?”
La Directora de Prevención y Bienestar Familiar del DIFEM explicó que las habilidades para la vida o competencias psicosociales, han sido promovidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), definiéndose como la “habilidad de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos de la vida diaria” así como una forma de propiciar el buen trato y prevenir la violencia, ya que fomenta que la población infantil y juvenil piense adecuadamente sus decisiones y acciones, así como promover y defender sus derechos.
Por su parte, el representante de la Fundación EDEX destacó que la OMS considera 10 habilidades básicas para la vida como son: autoconocimiento, comunicación asertiva, toma de decisiones, pensamiento creativo, manejo de emociones y sentimientos, empatía, relaciones interpersonales, manejo de problemas y conflictos, pensamiento crítico y manejo de tensiones y estrés.
Añadió que, a través de videos, ejercicios, respiraciones y algunos juegos, despertó las emociones y sentidos entre los asistentes, destrezas que se deben poner en práctica para motivar el aprendizaje de las habilidades para la vida en las aulas, para crear ambientes armónicos y de confianza, así como como tener un comportamiento adecuado y positivo, y enfrentar eficazmente exigencias y retos.
Dichas habilidades, expuso, son muy importantes en la salud, en lo cognitivo y lo social, dado que previenen riesgos, mejoran hábitos, promueven la autoestima y las relaciones sociales positivas.
Finalmente, la Directora de Prevención y Bienestar Familiar del DIFEM, reiteró que es necesario incorporar y fomentar el aprendizaje de las habilidades para la vida en la escuela y en el hogar, entre familia, amigos y sociedad, con miras a disfrutar de una convivencia armónica, y de esta manera tener una actitud positiva y resiliente, es decir, con capacidad de afrontar los diferentes desafíos que se presentan cotidianamente.