Apenas trascendió de parte de la Organización Mundial de la Salud que había un caso de gripe aviar H5N2 en un humano en México, se encendieron las alertas en torno a los escenarios catastróficos posibles y más en memoria de la reciente pandemia de Covid-19. Pero esto suele ocurrir ante la amenaza de una enfermedad de la que se desconoce su origen y tratamiento y la ansiedad y el miedo como respuesta natural de supervivencia.
Así, las posibilidades de vivir una nueva pandemia siempre están presentes debido a la naturaleza cambiante de los patógenos y la interconexión de las poblaciones humanas y animales pero existe preparación, vigilancia epidemiológica y medidas de salud pública que pueden ayudar a mitigar el impacto. En tal sentido se hace necesario adoptar medidas individuales como prácticas de higiene adecuadas y a nivel gubernamental preparar a los sistemas de salud con equipamiento y personal para responder rápidamente a una emergencia, así como llevar a cabo investigación e intercambio de información entre países.
No deberíamos entonces asustarnos automáticamente ante el anuncio de una nueva enfermedad porque el miedo excesivo puede llevar al pánico y decisiones irracionales. Es importante mantener la calma y confiar en los expertos en salud pública y en los sistemas de salud para gestionar la situación de manera efectiva. En lugar de reaccionar con miedo, es importante mantenerse informado a través de fuentes confiables y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud.