Cuenta la leyenda que la ciudad de Toluca tuvo un sistema de bicicleta pública que se fue al carajo. Se llamaba Huizi y todavía por ahí están las estaciones, vacías de bicicletas y de sistema operativo, que atestiguan que los intereses y las venganzas políticas pueden acabar con las buenas intenciones. Una verdadera desgracia.
El arriba firmante cree firmemente que Toluca necesita y merece un sistema de bicicletas “compartidas”, como le llaman ahora a estos modelos de movilidad. Y también que Huizi estuvo muy lejos de ser lo que la ciudad capital del estado de México necesitaba. Entre otras cosas porque era como un juguetito de un grupo de activistas y funcionarios públicos —que jugaban a ser mothernos— y porque estuvo circunscrito al centro de Toluca, adonde la gente llega para caminar para hacer compras o trámites… y para llegar al centro ya utilizó un autobús, un taxi, una moto o un auto particular.
El pecado de ser ese juguetito, se pagó de inmediato: el siguiente gobierno al que instaló Huizi decidió no pagar los 34 millones de pesos anuales que por el seguro contra robos y por los programas de cómputo con los que operó el sistema. No importó perder la inversión de otros 35 millones de pesos y menos las presiones de los activistas y de las empresas detrás de los servicios que se requerían para mantener Huizi en estado operativo. Fernando Zamora dijo se acabó. Y el programa de Martha Hilda González (y Braulio Álvarez) se fue por un tubo.
Ahora, la idea de un sistema de bicicleta pública revive: la Secretaría de Movilidad y el gobierno municipal de Toluca —que ahora es un gobierno de aliño— han firmado un bonito acuerdo para poner en marcha un sistema de bicicletas compartidas.
¡Que el Señor no agarre confesados! El sistema Huizi tuvo 26 estaciones y 350 bicicletas. El que quieren poner en vigor se propone 137 cicloestaciones y mil 260 bicicletas en una primera etapa.
Huizi presumía de abarcar 300 cuadras. El sistema que se pretende instalar quiere abarcar 13 kilómetros cuadrados… para que nos hagamos una idea, de la Excama de Piedra —punto de referencia conocidísimo para cualquier toluqueño— hasta el Monumento a la Bandera hay cinco kilómetros lineales. Unos 13 kilómetros cuadrados abarcan el espacio que encierran Paseo Tollocan y Paseo Matlazincas.
El objetivo del proyecto de bici pública es dar servicio a 222 mil personas en su primera fase de manera directa y generar un millón de viajes durante el primer año. Huizi tuvo 2.6 usuarios por día, según las versiones periodísticas.
La Secretaría de Movilidad presume que los estudios de prefactibilidad y parte del programa estarán financiados con recursos de la Unión Europea y mediante un proceso de licitación pública transparente y competitivo se seleccionará a la mejor propuesta técnica y económica. Ah, y que el proyecto tendrá una inversión de más de 300 millones de pesos “con lo que se garantizará la operación del sistema por lo menos durante los próximos cinco años”.
Lo dicho: que el Señor nos agarre confesados.