Resulta francamente incomprensible que seis gobiernos municipales priistas hayan sido galardonados con el Premio Nacional al Buen Gobierno Municipal 2024.
Han sido reconocidos en temas como seguridad y cultura de la paz, ciudades inteligentes e inclusión. Y lo incomprensible radica en que se supone que son testimonio de gestiones comprometida con la calidad de vida de sus ciudadanos, pero en junio pasado no ganaron sus respectivas elecciones.
Mucho premio y cero reconocimiento popular, salvo excepciones bien identificadas, para las que, por cierto, no fue fácil ganar sus respectivas elecciones.
Porque más allá de los premios, que pareciera que son asuntos de conveniencia más que de reconocimiento a un trabajo de interés público y social, el verdadero desafío es tener una administración pública relevante y útil para los ciudadanos. Ofrecer gobiernos verdaderamente eficaces y centrados en las necesidades reales de la gente.
De lo contrario, sucede lo de siempre: se da la impresión de que los premios son producto de una negociación económica, se acaso de evaluaciones académicas, que no necesariamente tienen el respaldo soci