Estudiantes desarrollan biodiesel a partir de grasas y aceites de restaurantes

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Los aceites fueron mezclados y analizados para concluir que con las grasas desechadas y reutilizadas, en México se podría evitar la emisión de 92 kilotoneladas de CO2 al año.

El biodiesel es un combustible ecológico elaborado a partir de elementos naturales, renovables y biodegradables. A nivel industrial, este biocombustible se produce por catálisis química alcalina, es decir, mezclando aceites vegetales e hidróxido de potasio. No obstante, el último es un químico que produce muchos residuos contaminantes y requiere de una materia prima de alta pureza y por lo tanto, muy costosa para lograr un producto de buena calidad.

 

A fin de mejorar el proceso de producción de biodiesel y dar uso a las grasas contaminantes generadas en las grandes ciudades, estudiantes del Instituto Tecnológico de Veracruz (ITVER) en colaboración con el Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez (ITTG) evalúan enzimas capaces de facilitar el método de creación de dicho combustible. Con ello se busca abaratar su elaboración, reutilizar aceites desechados por restaurantes y disminuir la contaminación ambiental.

 

La maestra en ciencias en ingeniería bioquímica Veymar Guadalupe Tacias Pascacio, estudiante de doctorado en ciencias en alimentos del Instituto Tecnológico de Veracruz, explicó que la reacción química que produce biodiesel a partir de la combinación de grasas y metanol se denomina transesterificación, misma que para que ocurra necesita un catalizador que puede ser químico o enzimático.

 

A decir de la especialista, las enzimas son proteínas y en este caso realizan la función de biocatalizadores, es decir, son las encargadas de generar la reacción química que permite al aceite unirse con el metanol y crear biodiesel. Estas sustancias hacen que los procesos sean limpios, es decir, no generan subproductos, no necesitan altas temperaturas y no requieren químicos, lo que las hace amigables con el medio ambiente.

 

La estudiante de doctorado indicó que para que un combustible sea considerado biodiesel, tiene que cumplir con la norma europea EN14214; las enzimas utilizadas pueden lograr generar un biodiesel que cumpla con estos estándares de calidad.

 

También subrayó en la diferencia del diésel común y el biocombustible estudiado por ella: “el biodiesel tiene un ciclo cerrado de carbono, ya que el dióxido liberado durante su combustión, es absorbido nuevamente por el mismo tipo de plantas con el que fue elaborado”. No obstante, en cuanto a rendimiento, el biodiesel es similar al diésel común.

 

Por otra parte la experta mencionó que al momento se han analizado tres tipos de catálisis, la alcalina, la ácida y la heterogénea. Actualmente se evalúa la enzimática para mejorar el proceso de producción.

 

Se estudian 25 nuevos biocatalizadores desarrollados por los investigadores mexicanos en conjunto con el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica de Madrid, España, que de dar buenos resultados, serán más baratos que los biocatalizadores comerciales. “Cuando se defina que catalizador, con su respectivo proceso es el mejor, se producirá biodiesel a mayor escala” subrayó.

 

Los aceites que fungen como materia prima en el trabajo fueron previamente recolectados en restaurantes de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, posteriormente mezclados y analizados en laboratorio para concluir que con las grasas desechadas y reutilizadas, en México se podría evitar la emisión de 92 kilotoneladas de CO2 al año.

 

La bioquímica Tacias Pascacio agregó que se ha trabajado cerca de tres años en el proyecto a partir de su trabajo de tesis y enfatizó en que la investigación requiere apoyo económico y promoción por parte de la administración en curso, ya que también depende de esas instancias que bioenergéticos alternativos como el biodiesel, sean utilizados en México.

*Agencia iD

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