Un grupo internacional de investigadores desarrolló un nuevo biopolímero que se utilizó como un hidrogel para tratar la pérdida volumétrica de masa muscular, una grave lesión musculoesquelética, informó la Universidad Técnica de Dinamarca citada por el sitio SciTechDaily.
Un hidrogel es un polímero hidrofílico biocompatible que se asemeja a los tejidos blandos, que son aquellos que conectan y sostienen a otros tejidos del cuerpo. Algunos ejemplos de tejido blando son los músculos, los tendones, la grasa y los vasos sanguíneos.
Además de para administrar medicamentos, los hidrogeles se utilizan en ingeniería de tejidos, lentes intraoculares y apósitos para heridas. Estos materiales se pueden construir a partir de monómeros sintetizados, polímeros biocompatibles prefabricados y procesos de síntesis innovadores.
Bacterias para crear hidrogeles
Según un estudio publicado en la revista Bioactive Material, se logró fabricar un hidrogel “duradero, resistente y elástico” para la regeneración del tejido muscular de las ratas mediante el metacrilato de pantoano, conocido como ‘PAMA’, un biopolímero producido a base de bacterias nativas.
Las bacterias pueden programarse para que liberen materiales naturales con propiedades biológicas y mecánicas, con el propósito de controlar el crecimiento y la diferenciación de las células. En el caso del nuevo bactogel, la matriz extracelular de la bacteria Pantoea sp. BCC 001 permitió a los científicos crear un polisacárido denominado ‘pantoano’, de cuya sintetización se obtiene el PAMA.
Tras llevar a cabo la prueba ‘in vivo’, se observó que el hidrogel ayudó a incrementar significativamente la formación del tejido muscular de los roedores, así como una reducción de su tejido fibroso. Los especialistas señalan que, “con una recuperación cercana al 100 %, una buena biocompatibilidad y capacidad de curación”, su producto constituye un “nuevo camino” en la medicina regenerativa.
“Creo que nuestros nuevos resultados podrían fomentar mejores terapias contra lesiones musculoesqueléticas en deportistas, ancianos, así como en soldados heridos u otras personas involucradas en accidentes que dan lugar a lesiones musculares traumáticas”, indicó el profesor Alireza Dolatshahi-Pirouz.
Los investigadores subrayan que sus “resultados demuestran que los polisacáridos programables derivados de bacterias se pueden utilizar para seguir avanzando en el campo de la ingeniería de tejidos”. El producto, además, podría usarse “en terapias prácticas contra la leucemia mieloide vehicular”.