Hoy llegó a la presidencia de la república Claudia Sheinbaum Pardo, nacida el 24 de junio de 1962 en Ciudad de México; tiene 62 años. Es la primera mujer electa presidenta del país, tras obtener 35 millones de votos en las elecciones del 2 de junio pasado. Se espera que aborde especialmente problemáticas específicas que afectan a las mujeres, como el feminicidio y la violencia doméstica, algo similar a lo que hicieron otras presidentas en América Latina como Michelle Bachelet, en Chile, que creó el Ministerio de la Mujer y la Igualdad de Género; Cristina Fernández en Argentina, quien promovió leyes de igualdad y derechos de las mujeres y Dilma Rousseff, de Brasil, que visibilizó temas de género e impulsó la participación política femenina.
Aparte de la mujer, a la nueva mandataria le esperan los temas de inseguridad y delincuencia, pobreza y desigualdad, corrupción y crisis de derechos humanos; eso sin contar sectores que requieren atención urgente entre los que se hallan salud y educación. Siendo así, Sheinbaum necesita autonomía y liderazgo, estableciendo su propia agenda, lo que implica también dejar atrás a su predecesor; tener claro su programa de gobierno y mantener un diálogo abierto con los diversos sectores sociales y políticos para construir consensos. Llegó el momento de gobernar al país, de demostrar que se quiere y se puede y de hacerlo con seriedad fomentando la igualdad, la ética, la transparencia, la responsabilidad y la rendición de cuentas.