Según la Secretaría de Movilidad del estado de México, de 2022 a 2023 el número de vehículos en circulación en el territorio estatal, incluidas motocicletas, aumentó seis por ciento, lo que equivale a medio millón de unidades que hacen un total, en cifras cerradas, de casi diez millones para los 17 millones que somos. Esto se debe, entre otras razones a que ha incrementado la población en las ciudades, que el mercado automotriz facilitó el acceso a vehículos y que no contamos con transporte público eficiente. El resultado es lo que estamos viendo: tráfico a todas horas, contaminación del aire y auditiva, muertes por la contaminación, horas perdidas.
A este ritmo tendremos un crecimiento desmedido de vehículos, las vías de transporte pueden colapsar, los niveles de contaminación ser alarmantes y se afectaría la productividad. La solución ya existe desde hace décadas y es invertir en transporte sustentable pero los concesionarios no quieren hacerlo porque les representaría costos económicos, reordenamiento y, sobre todo, un cambio cultural que lo ven como un riesgo. Pero la realidad no se puede ocultar y se requiere modernización del transporte de parte de los propietarios, inversión pública y regulación. Empresarios y gobiernos ya tuvieron que dejar de hacerse de la vista gorda para implementar soluciones antes de que el caos vehicular y la contaminación se conviertan en problemas irreversibles para Toluca y alrededores.
