Estamos próximos a celebrar el cierre de año pero mientras eso ocurre, tenemos a nuestro alrededor a personas que la están pasando mal sicológicamente debido a diferentes circunstancias y están pensando en suicidarse o ya lo hicieron. La estadística del INEGI reporta que el año pasado se quitaron la vida 23 personas al día en México y los hombres lo hicieron en la mayoría de los casos en proporción de 8 por cada dos 2 mujeres y esto ocurrió de manera cruel.
El cierre del año se asocia a suicidios porque se combinan sentimientos de soledad, especialmente aquellos que no pueden compartir momentos con familiares o amigos; presión social porque hay que ser «feliz» durante las fiestas decembrinas; tiene lugar un balance anual de logros y fracasos y las fiestas hacen recordar pérdidas o situaciones dolorosas del 2024, exacerbando lo emocional y la angustia. La otra parte son personas con trastornos mentales como depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia y el abuso en el consumo de alcohol y drogas.
Cuando alguien se quita la vida deviene en tristeza profunda y vacío; ira y confusión y los sobrevivientes a menudo sienten culpa, cuestionándose si podrían haber hecho algo para prevenir la tragedia. Este sentimiento puede ser abrumador y persistente, afectando su salud mental a largo plazo. Detectar conductas suicidas debe ser parte de nuestro quehacer: a través de comentarios, aislamiento, cambios de ánimo, comportamientos destructivos, preparativos inusuales y sentimientos de desesperanza. El suicidio es prevenible; hay que identificar conductas de riesgo y no dudar en buscar ayuda profesional.