México se distingue como uno de los países más biodiversos del mundo y cuando se trata de destacar las especies que protagonizan esta época decembrina no se queda atrás, pues las más de 100 especies de pinos que existen en el planeta, cerca de la mitad prosperan sus tierras.
Los pinos son guardianes del tiempo
Los pinos surgieron hace aproximadamente 300 millones de años, precedieron incluso a los dinosaurios. Durante siglos, estas especies de coníferas han perdurado el en paisaje, adaptándose y convirtiéndose en testigos de la evolución del planeta.
Aunque en algún momento dominaron los paisajes terrestres, hoy solo sobreviven unos cuantos grupos, ¿cómo se pueden distinguir?
Los pinos son árboles sin flor, cuya reproducción ocurre a través de conos. Estos se dividen en masculinos (de dos a 12 milímetros), que contienen el polen dispersado por el viento. Y, por otro lado, están los conos femeninos o piñas, donde se forman las semillas que perpetúan la especie.
Sus hojas, en forma de agujas, son una adaptación para minimizar la pérdida de agua y sobrevivir en ambientes extremos. Además, los pinos producen resinas y sustancias aromáticas que los protegen de plagas y enfermedades.
La importancia de los pinos
El territorio mexicano ofrece las condiciones ideales para la proliferación de los pinos, desde las altas montañas hasta los climas templados en extensos bosques donde estas especies desempeñan roles fundamentales.
Hábitat y alimento: Son refugio de cientos de especies de fauna, como aves, mariposas y pequeños mamíferos.
Regulación del clima: Sus bosques capturan dióxido de carbono y contribuyen a mitigar el cambio climático.
Conservación del suelo: Sus raíces evitan la erosión y mantienen la fertilidad del terreno.