Aunque los asteroides tienen por lo general su órbita a una distancia segura de la Tierra, algunos, sin embargo, pueden llegar a pasar incómodamente cerca. Tal vez el más mortal de estos “asteroides potencialmente peligrosos” este muy pronto a visitarnos, por lo cual se han apresurado con la preparación y partida de la nave espacial estadounidense llamada “Osiris-Rex”.
El nombre se refiere a “Orígenes, la interpretación espectral, la identificación de recursos y la seguridad del explorador regolito”. En 1999, los astrónomos habían descubierto las rocas cósmicas con número de catálogo 101995 y esa época determinaron que su trayecto es bastante cerca de la Tierra cada seis años. El nombre de este asteroide en honor a la deidad egipcia “Bennu” es uno de los llamados cruceros órbita. A pesar de que el asteroide de la Tierra no está demasiado lejos, la misión Osiris-Rex tendrá una duración de al menos siete años.
Debido a que, como es habitual en las misiones espaciales interplanetarias, no proporciona una ruta directa al destino. En primer lugar, la nave espacial del tamaño de un pequeño autobús rondara el espacio, un año después de la puesta en marcha va a pasar una vez más a la tierra para tomar un impulso reciente para el viaje. Sólo en agosto de 2018, ella deberá llegar a los asteroides, pasados dos años mapeando su superficie y, finalmente durante unos segundos alinear suavemente en él.
No será un aterrizaje permanente ni abra contacto de los cuerpos celestes, pero se necesita solamente una muestra de grabación en los procedimientos de ‘tocar e ir’: durante cinco segundos como máximo, un brazo robótico de tres metros deberá intentar tocar el asteroide, y recoger en un recipiente muestras con polvo de gas nitrógeno comprimido y roca suelta.
En el año 2021, Osiris-Rex podrá comenzar su trayectoria de dos años para volver a la Tierra, donde el contenedor repleto de muestras llegara con la ayuda de paracaídas en septiembre de 2023 sobre el desierto de Utah. Hasta dos kilogramos de roca asteroide quieren recoger – la mayor cantidad de material extraterrestre desde que la agencia espacial estadounidense realizo los vuelos Apolo.
Bennu es un asteroide del “tipo B” carbonoso y por lo tanto una especie de fósil de las primeras etapas de nuestro sistema solar. Los investigadores creen que los trozos consisten esencialmente en una clavícula inalterada de 4.5 billones de años. Los científicos desean en el laboratorio investigar si este material de asteroide, con el que también fue creado una vez el Sol, la Tierra y otros planetas, ya contenía los aminoácidos y otros componentes básicos de la vida.
También la NASA se encuentran interesados en encontrar otros minerales explotables, – Teniendo en cuenta que en los Estados Unidos es “La minería de asteroides” del lado privado y político serio perseguido desde hace varios años. Por otro lado, Bennu es temido pero sobre todo como un problema potencial. Él va a venir más cerca que la Luna a la Tierra en 2 mil 135. En su órbita va a cambiar un poco, que a su vez aumenta su cercanía entre los años 2175 y 2199 a 0.037 por ciento, lo que hace temer una colisión con nuestro planeta. Aunque su tamaño es de menos de 500 metros, las consecuencias de un impacto serían devastadoras.
Por lo tanto, una de los principales objetivos con la misión de Osiris – Rex es llegar a reducir la posibilidad de impacto en el siglo 22. Ya que con telescopios en la tierra solamente, no es posible determinar:
- La órbita de un asteroide relativamente pequeño como Bennu ya que ella está determinada no sólo por la fuerza gravitacional del Sol y los planetas.
- La constante absorción y reflexión de la luz solar la cual cambia la órbita del asteroide en el curso de tiempo. La magnitud de este efecto la estudio el ingeniero polaco ruso Iwan Jarkowski la cual también depende de la forma geométrica y la naturaleza física de los asteroides
- El éxito de las medidas defensivas, como siempre otra vez teóricamente se determinaron por agencias espaciales, la decisión crucial depende de las características físicas de una amenaza potencial.
La propia NASA nunca ha maniobrado una nave espacial con suavidad en un asteroide. En 2005, fue la agencia espacial japonesa JAXA la que logró llevar de una manera similar a menos de un gramo del material del asteroide Itokawa a la Tierra.