La Secretaría de Bienestar y el Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas del Estado de México (CEDIPIEM) mantienen un compromiso con la promoción de los usos y costumbres de las localidades con presencia de pueblos originarios a fin de preservar los elementos que dan identidad a estas comunidades.
Tal es el caso del Día de la Candelaria, tradición que nace en las Islas Canarias, España, y que con los años llegó a México; este día se acostumbra que la persona que obtuvo un niño en la rosca el Día de Reyes debe regalar tamales y atole.
El origen de este platillo data de la época prehispánica de México, ya que se daba en las grandes festividades, asimismo, era una forma de agradecimiento a la fertilidad de la tierra, con base en el calendario azteca.
EL “tamal de ollita” de Ocoyoacac
En el territorio estatal, el municipio de Ocoyoacac es referente por la elaboración de sus tamales de olla. De acuerdo con Georgina Acosta, quien se dedica a la venta de tamales, “el tamal de ollita se volvió muy tradicional porque no en cualquier parte los hacen. Sé de la historia un poco porque mi mamá nos platicaba que con anterioridad a estos tamales que son de hoyito, de ollita, chocholucos, tamales de tusa; haces las ollitas y adentro tienen carnita, ¿no? Y las tuzas hacen su nido o hacen como ollitas en la tierra, en el piso; por eso les llamaban tamales de tusa”.
Aseguró que la preparación de este alimento lo aprendió a través de su mamá y de su abuela que era de origen otomí, ya que tiene características que lo diferencian de otros “porque se hacen las ollitas con el dedo índice, se llenan de chilito y se les pone carne, pero el chiste de esto es de que cuando tú sirves un tamal, lo delicioso es de que lo abres y todo el chilito se sale”.
Para garantizar el fomento de la cocina tradicional, el CEDIPIEM cuenta con talleres gastronómicos durante todo el año, mismos que se solicitan en las instalaciones de este organismo auxiliar ubicadas en Nigromante 305, Colonia La Merced, Toluca, Estado de México, C.P. 50080.
Estos espacios son fundamentales para la preservación de las recetas que son parte de la identidad y el legado de las comunidades originarias.