La escasez de sangre para transfusiones es un problema de salud global que afecta a millones de pacientes cada año. La necesidad de encontrar soluciones innovadoras para ampliar la disponibilidad de sangre universalmente compatible ha llevado a los científicos a explorar nuevos enfoques.
Un estudio reciente publicado en Nature Microbiology revela que la bacteria intestinal Akkermansia muciniphila posee enzimas capaces de convertir los glóbulos rojos de los grupos A y B en sangre del grupo O, que es universalmente compatible. Este hallazgo podría revolucionar la medicina transfusional y mejorar la gestión de los bancos de sangre.
El problema de la escasez de sangre
A nivel mundial, la demanda de sangre supera constantemente la oferta. Según la Cruz Roja Americana, en septiembre de 2023 se declaró una escasez crítica de sangre en EE.UU., con una disminución del 25 % en los suministros desde agosto. En el Reino Unido, el NHS Blood and Transplant emitió una alerta ámbar debido a la reducción de las reservas de glóbulos rojos en diversos grupos sanguíneos. Este problema pone en riesgo la atención de emergencias, cirugías y tratamientos para enfermedades crónicas como el cáncer.
Dado que la sangre no puede fabricarse artificialmente, la dependencia de donaciones sigue siendo la única solución viable. Sin embargo, los grupos sanguíneos no son universalmente compatibles, lo que complica la gestión de los bancos de sangre. En este contexto, la conversión enzimática de los grupos A y B al grupo O representa una alternativa prometedora.
¿Qué determina nuestro grupo sanguíneo?
Los glóbulos rojos están recubiertos por antígenos formados por azúcares y proteínas. La combinación de estos antígenos define el grupo sanguíneo de una persona. Los sistemas de clasificación más comunes incluyen los grupos A, B, AB y O, con sus variantes positivas y negativas.
En transfusiones de sangre, la compatibilidad es fundamental. Un error en la selección del tipo sanguíneo puede desencadenar una respuesta inmunitaria letal. El grupo O negativo es el más valioso porque puede ser transfundido a cualquier paciente sin riesgo de rechazo inmunológico. Sin embargo, su disponibilidad es limitada.
El papel de Akkermansia muciniphila en la conversión sanguínea
Investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca y la Universidad de Lund en Suecia han identificado un nuevo método para convertir la sangre de los grupos A y B en O mediante enzimas derivadas de Akkermansia muciniphila, una bacteria intestinal conocida por degradar mucinas en la capa de moco del tracto gastrointestinal.
En su estudio, los científicos analizaron 23 hidrolasas glicosídicas producidas por A. muciniphila y encontraron combinaciones de exoglicosidasas capaces de eliminar tanto los antígenos A y B clásicos como sus variantes extendidas, recientemente descubiertas. La eliminación de estas extensiones mejoró significativamente la compatibilidad de los glóbulos rojos con el plasma del grupo O, reduciendo las reacciones inmunológicas adversas en pruebas de laboratorio.
Innovación en la conversión de sangre
La conversión enzimática de sangre no es un concepto nuevo. En los años 80, se publicó un estudio en Science donde se utilizó una enzima extraída de los granos de café para transformar la sangre del grupo B en O. En 2007, otro equipo de investigadores encontró enzimas capaces de convertir la sangre del grupo A, aunque con reacciones inmunológicas residuales. En 2019, otro artículo en Nature Microbiology identificó enzimas más eficientes, pero sin pruebas cruzadas suficientes para garantizar la seguridad clínica.
En el estudio actual, los investigadores lograron la conversión sanguínea bajo condiciones más eficientes: una concentración de hematocrito del 38 %, un tiempo de reacción de solo 30 minutos y temperatura ambiente sin necesidad de aditivos como dextranos. Estas mejoras podrían facilitar la aplicación clínica del método.
Desafíos y próximos pasos
A pesar del éxito en las pruebas de laboratorio, la aplicación clínica de esta tecnología aún enfrenta desafíos. Primero, es necesario ampliar la compatibilidad y evaluar la conversión del grupo A, que sigue presentando algunas reacciones cruzadas inexplicables. Además, los ensayos han sido in vitro y deben realizarse estudios en vivo para confirmar su seguridad en humanos.
Otro obstáculo es la adaptación de los bancos de sangre para incorporar este método en su proceso de donación y almacenamiento. Implementar la conversión enzimática a gran escala requeriría modificaciones en los sistemas actuales de procesamiento de sangre.
En conclusión
El descubrimiento de enzimas en Akkermansia muciniphila capaces de convertir sangre de los grupos A y B en O representa un avance significativo en la medicina transfusional. Este enfoque podría aumentar la disponibilidad de sangre universalmente compatible y reducir la dependencia de donantes del grupo O negativo. Sin embargo, aún se requieren estudios adicionales y ensayos clínicos para garantizar la seguridad y viabilidad de esta tecnología antes de su implementación en hospitales y bancos de sangre.