La gobernadora del estado de México, Delfina Gómez Álvarez, resultó con una calificación de 65.1 por ciento de aprobación como mandataria estatal según la encuestadora Demoscopía Digital. Esto hace que se encuentre en la posición número cuatro estando delante de ella los gobernadores de Puebla, Baja California e Hidalgo.
La noticia es buena porque sugiere que su gestión ha sido bien recibida por la población del estado de México. Es de reconocer en primer lugar la cercanía de la jefa del Poder Ejecutivo con la gente -como ejemplo las audiencias ciudadanas- y sus intervenciones en atención a grupos vulnerables; está logrando en ello lo que se sugiere de las mujeres en puestos de poder: que tienden a promover políticas más inclusivas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población y abordar desigualdades sociales.
Por otro lado, se hallan sus acciones en seguridad y compromisos de infraestructura en los 125 municipios del estado; la implementación de una política de austeridad y que ha priorizado la atención sectores como la salud, el agua y la movilidad, lo que le da un enfoque en necesidades básicas y desarrollo sostenibles.
Desde luego, faltan cosas por hacer pero podemos seguir dando un voto de confianza y apoyar el liderazgo femenino en el primer encargo público de nuestra entidad.
La participación de las mujeres en puestos de poder enriquecen la toma de decisiones en el ámbito público y fomentan una mayor participación política y social.
Y en un escenario mayor recordemos que en México las mujeres han luchado por su derecho al voto e intervención en la vida pública por lo que, dar nuestro consentimiento o validación a una mujer gobernadora es una forma de valorar la lucha histórica por la igualdad de género.
