El pueblo mágico de Valle de Bravo atraviesa un momento de contracción en el desarrollo inmobiliario, después de una aceleración en los últimos meses que ha permitido que la oferta de alquiler y adquisición de vivienda en la región esté disponible a precios más accesibles.

Alan Salinas, empresario inmobiliario en la zona, señaló que después de un boom que se tuvo principalmente relacionado a la pandemia, en donde la demanda de vivienda se incrementó de manera importante, al momento los precios han bajado entre un 15 y 20 por ciento y esto ha permitido que puedan ser accesibles nuevamente a otro tipo de compradores.
“Obedecemos a oferta y demanda, cuando mucha gente quería estar viviendo en un valle ya se para compra o venta se inflaron los precios, en tiempo de Peña Nieto la gente quería invertir en inmuebles y eso hizo que se encarecieran y luego viene el COVID con una burbuja inflacionaria mucho más fuerte”.
Durante el primer trimestre del año, la actividad fue limitada, pero se espera a que esto pueda revertir del año
El principal enfoque que se ha buscado en la adquisición de vivienda es el residencial con uso fundamental, de fin de semana o bien aquellas personas que han decidido tomar un detalle como un domicilio, semi fijo al tener que realizar aún algunas actividades en la oficina en las ciudades cercanas.
“La casa de descanso es lo preferido de todos, un gran jardín, una alberca de ser posible preferentemente vista al lago o al bosque y con diferentes presupuestos”.
Una tendencia que se ha registrado en los últimos años es de personas que buscan que sus hijos crezcan en la naturaleza y un ambiente relativamente más sano, pero que lo hace mediante esquemas de telefonía, para eventualmente, después de una estancia de cinco o seis años, migrar nuevamente a la ciudad.