Ya se ha dicho en repetidas ocasiones que la inconformidad social se debe al aumento a la gasolina y a los precios de productos y bienes en general, pero de fondo a la corrupción política. La duda que se viene a la mente entonces es: ¿Qué están esperando las autoridades para capturar a quienes han hecho mal uso del poder público y enriquecerse mediante malversación de recursos, lavado de dinero y tráfico de influencias?
Me refiero desde luego a los exgobernadores de Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo Léon, Sonora, Tamaulipas, Quintana Roo, y Veracruz que saquearon al país. Solo el de Sonora está preso. ¿Por qué no se les ha buscado y consignado a los demás?
Los mexicanos ya no aguantamos más impunidad. No queremos a esos exfuncionarios y los que se les parezcan ir y venir por el país pavoneándose de su obra. Los deseamos tras las rejas y obligados a devolver lo que se llevaron; peso sobre peso.
No es un sueño, ni locura. Ya basta del mal uso y del abuso del poder público en México. La corrupción política tiene que ir de la mano del castigo.
