Un nuevo estudio genómico sobre ADN de tiburón, incluyendo el del gran tiburón blanco y el del tiburón martillo gigante, pone de manifiesto la existencia de modificaciones evolutivas únicas en sus genes inmunitarios que podrían ser lo que posibilita la rápida curación de las heridas sufridas por estas bestias marinas y su notable resistencia al cáncer. Esta investigación nos acerca un poco más a la explicación, desde el punto de vista genético, de por qué los tiburones exhiben estas características que serían muy deseables para los humanos.
Los tiburones y los peces raya son bien conocidos por ser muy eficientes a la hora de curarse de sus heridas, y se sospecha que muestran una resistencia a los cánceres mayor que la de los humanos y muchos otros animales, si bien ello precisa de estudios más profundos. Estas propiedades están probablemente vinculadas a sus sistemas inmunitarios, que se han optimizado a lo largo de más 400 millones de años de evolución.
El nuevo estudio, realizado por el equipo de Michael Stanhope, de la Universidad Cornell, y Mahmood Shivji, de la Universidad Nova del Sudeste, ambas instituciones en Estados Unidos, proporciona ahora la primera evidencia de que algunos genes inmunitarios de tiburón y del pez raya han pasado por cambios evolutivos que podrían estar relacionados con estas capacidades novedosas del sistema inmunitario.
Es probable que la utilización de metodologías genómicas para profundizar en su génesis inmunitaria proporcione más descubrimientos interesantes, algunos de los cuales podrían llegar a traducirse en beneficios médicos para el ser humano. Ahora, tal como señala Shivji, tenemos otra razón importante para asegurarnos de no perder a estos animales tan especiales y ecológicamente esenciales debido a la sobrepesca, como por desgracia está sucediendo actualmente en muchas partes del mundo.