Conocimientos ancestrales y saberes locales deben ser considerados patrimonio intangible

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En las comunidades rurales de México existen conocimientos ancestrales y saberes locales que deben ser considerados como patrimonio intangible, como es el caso de los alimentos obtenidos por medio del policultivo tradicional maíz-frijol-calabaza, que aún se puede apreciar en zonas del Estado de México, como el municipio de Ixtlahuaca, indicaron investigadoras de la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Es el caso de los alimentos obtenidos por medio del policultivo tradicional maíz-frijol-calabaza, que aún se puede apreciar en zonas del Estado de México, como el municipio de Ixtlahuaca. (Foto: cuexcomate.com)

Laura Reyes Montes, María Madrazo Miranda y Angélica García Bustos aseveraron que este tipo de tradición culinaria da cuenta de la posibilidad de lograr la seguridad alimentaria para el pueblo de México, siempre y cuando se conserve este tipo de policultivos en las milpas del país.

Sostuvieron que la alimentación de las familias campesinas del municipio de Ixtlahuaca se basa principalmente en lo que se obtiene de la milpa a lo largo del año; este sistema permite a las familias obtener diversos alimentos, como maíz, frijol, calabaza y hierbas silvestres (toleradas) que crecen en la milpa durante la época de lluvias y son conocidas con el nombre popular de quelites, de los cuales se consumen principalmente tallos tiernos y hojas.

Las también colaboradoras de la revista “Culinaria”, editada por la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Máxima Casa de Estudios mexiquense hicieron un estudio sobre la importancia que tiene la “sopa campesina” que se elabora con el policultivo de milpa maíz-frijol-calabaza, el cual representa la base alimentaria de las familias campesinas de la región y que garantiza la obtención de otras y nutritivas plantas comestibles.

Las autoras del trabajo “Una probadita de sopa campesina y algo más… El caso de los alimentos del policultivo tradicional maíz-frijol-calabaza” aseguraron que dicho trabajo también permite analizar cómo la persistencia del sistema de la milpa de temporal y los diversos alimentos que se obtienen de ella son una muestra de la relación que existe entre el hombre y el entorno natural.

Además, puntualizaron, a través de un registro etnográfico del conocimiento ecológico tradicional, que llevaron a cabo como parte de su investigación, se ha podido entender cómo la población campesina maneja y usa la biodiversidad y cómo garantiza la sostenibilidad del sistema y la producción de alimentos.

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