¿Qué nos pasa a muchos cuando decimos que queremos progresar pero no estamos dispuestos a hacer un esfuerzo adicional como levantarnos más temprano, soportar los cambios de clima, aplazar vacaciones, descansos, gustos y aficiones personales?
El comentario va dirigido especialmente a los pequeños emprendedores de Toluca: invierten en un negocio y no duran más de un mes cumpliendo el horario de apertura y cierre y de vender su producto o servicio. ¿Acaso piensan que su propuesta es la que esperaba el público y que irá corriendo a comprar?
Al parecer, ignoran o desdeñan aquello de que «El que tenga tienda, que la atienda y que «El precio del éxito es trabajar duro».
Formalmente, el tiempo promedio para que halla ganancias en un negocio es de un año y es indispensable tener protección financiera para situaciones imprevistas o como decimos entre nosotros, un colchoncito, para aguantar, pues ocho de cada diez pequeñas y medianas empresas cierran durante el primer año de operación, según el INEGI.
Así pues, debería quedar claro a todos que emprender un negocio es algo complejo y no solo abrir o cerrar cuando se nos antoje. Para progresar hay que trabajar.