El licopeno es un carotenoide que otorga a los tomates su característico color rojo, esta sustancia detiene el crecimiento de las células del cáncer gástrico.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos asegura que el extracto de tomates detiene la migración de las células cancerígenas y previene la aparición de esta enfermedad.
El cáncer de estómago o cáncer gástrico es un padecimiento común entre los adultos mayores, ya que 6 de cada diez pacientes diagnosticados con esta enfermedad son mayores de 65 años.
Los científicos aseguran que las variedades de tomates San Marzano y de Corbarino son los que tienen mayor efecto anticancerígeno, logrando matar las células cancerígenas y evitando que éstas invadan los tejidos circundantes.
De acuerdo con los investigadores el jugo de tomate podría ser una estratega de apoyo para las terapias convencionales.
