Nos guste o no, el papa Francisco arrojó la primera piedra sobre la dinámica familiar de hoy en día, especialmente a la hora de comer, donde la escena cotidiana es: ruido de fondo del televisor mientras padres o hijos, a veces ambos, llevan sus alimentos con una mano a la boca y con la otra usan el teléfono celular.
¿Es tan importante consultar información en los celulares y tener la televisión encendida, que se deja de disfrutar lo que se come y de charlar con los miembros de la familia?
¿Hasta dónde llega nuestra obsesión por la tecnología? Esta adicción no sólo ocasiona alteraciones a la salud, como irritación de los ojos, dolor de cabeza y de espalda, sedentarismo y subida de peso u obesidad, sino también problemas en familia.
¿De qué sirvieron los hábitos que aprendimos desde niños, empezando por aquello de que la hora de comida, no es solo el acto de ingerir los alimentos, sino de que cada quien participe sus experiencias y lo que ha ocurrido en su día?
“Alrededor de la mesa se comparte no sólo la comida, sino también los afectos, los acontecimientos alegres y también los tristes… Es una experiencia fundamental en la vida”, frase del papa Francisco.
