Estudiantes de Ingeniería Electrónica en Argentina crearon una alarma de detección de monóxido de carbono que incluye la comunicación con celulares de vecinos o familiares, para alertar por el escape y la posible intoxicación de los habitantes del lugar.
Se trata de un dispositivo sencillo, similar a una alarma por robo o detector de humo, que se conecta en forma eléctrica y, en caso de corte de luz, sigue funcionando con batería propia.
La alarma nombrada “DeteCtor”, puede percibir la cantidad de monóxido de carbono, la temperatura y la humedad en el ambiente y al llegar al límite de lo permitido por las normativas vigentes, comienza a sonar.
De acuerdo a los niveles de monóxido de carbono que detecta en el ambiente, comienza a realizar llamadas a los celulares previamente configurados, pensando en que las posibles víctimas pueden haberse adormecido por la inhalación del gas, con lo que se facilita la llegada de auxilio.
Los fallecimientos o internaciones por inhalación de monóxido de carbono son frecuentes en el invierno.