Aunque parezca cosa menor, la resolución de quitar la caducidad a las actas de nacimiento por parte de la Cámara de Diputados en el estado de México, es un gran acierto.
Habían transcurrido décadas en las que se exigía para trámites como inscripciones en escuelas contar con una acta de nacimiento que fuera copia fiel de la original y con fecha reciente de expedición. Y esto iba acompañado de largas filas de espera afuera de las oficinas del Registro Civil.
Asimismo, la solicitud de copias se realizaba de forma regular o con urgencia con costos cercanos a 100 pesos por cada una que multiplicados ascendían a dos millones de pesos anuales al gobierno del estado de México.
Al golpe al negocio de las acta de nacimiento, tendrían que seguir acciones para la eliminación de más trámites que representan costos y gastos innecesarios como las copias simples de todo y para todo que no hacen más que abonar a la burocracia.
Escucha el comentario de Patricia Maldonado: