A lo largo del último año los adolescentes de nuestro país que han visto insatisfechas sus necesidades en materia de métodos anticonceptivos e información reproductiva, alcanzan hasta el 38.4% de la población entre 15 y 19 años.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población, esto puede generar el que se registren más de 200 mil embarazos no deseados mientras se desarrolla la emergencia sanitaria por COVID 19.
En el caso del estado de México al momento el 18.3% de la población tiene justo entre 10 y 19 años, lo que desencadena una serie de necesidades en lo que respecta apertura de centros de salud, orientación en planificación familiar y atención prioritaria a niñas niños y adolescentes.
Una adolescente que tiene 15 años o menos y atraviesa por un embarazo tiene mayores posibilidades de mortandad materna, de tener consecuencias en su desarrollo emocional, social, educativo y laboral, y las mujeres que tienen un primer hijo en edades tempranas suelen terminar su vida reproductiva con dos y hasta tres hijos más que alguien que inició su reproducción después de los 25.
De acuerdo con la Estrategia Nacional de Prevención del embarazo adolescente, emprendida por el Gobierno Federal, hacia el año 2030 la meta es reducir el embarazo adolescente hasta un 50%, por lo que es indispensable el establecer políticas públicas que acerquen información y métodos de anticoncepción a las niñas que comienzan su adolescencia.
