Un equipo de investigación liderado por la Universidad de A Coruña (España) realizó en 2015 un estudio con personas de la tercera edad, con una media de 80 años en el que analizaron si los cambios que se producen en la morfología del pie en esta población y su tolerancia al dolor provocaban que usaran un calzado inadecuado.
Los expertos confirmaron que 83 de cada cien adultos mayores no utilizaba el número correcto y que, en ocasiones, requerían utilizar uno diferente para cada pie.
“En esta etapa de la vida se producen cambios en la morfología del pie relacionados con el incremento de su anchura y longitud, y también con la tolerancia al dolor, la pérdida de masa muscular y tejido adiposo en los pies”, explica a Sinc Daniel López López, científico de la Universidad de A Coruña.
Ahora, un nuevo trabajo analiza por primera vez las consecuencias de esta mala elección del calzado en la salud de los mayores.
“El estilo de vida a estas edades provoca que se utilice un calzado nocivo. Este hecho, unido a la aparición de enfermedades crónicas –como obesidad, alteraciones vasculares, diabetes o artritis reumatoide–, produce un incremento preocupante (entre un 71 y un 87%) de problemas en los pies de las personas mayores. Esto supone solicitar con más frecuencia atención médica y podológica, ya que afecta a su capacidad funcional y calidad de vida”, asegura el científico.
Los participantes en esta investigación fueron voluntarios de la Clínica Universitaria de Podología de la Universidad de A Coruña, con una media de 75 años. Los resultados demuestran que las personas mayores que se calzan de manera incorrecta poseen peor calidad de vida en todas las dimensiones relacionadas con el dolor, función del pie, calzado, salud del pie, salud general, actividad física, capacidad social y vitalidad.