Al siguiente accidente

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La semana pasada me ocupé en este espacio de los accidentes ocurridos en la nueva carretera Lerma-La Marquesa.

El fin de semana, como todos sabemos, ocurrió un nuevo accidente en el que un vehículo de carga cargó contra automóviles ligeros y le quitó la vida a seis personas, dejando otras cuatro lesionadas, además de los daños materiales inherentes a un accidente de esta naturaleza.

La reacción de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha sido previsible: ordenó que el autotransporte de carga federal deje de circular por ese tramo de cuota. Tapar el pozo, ya que se ahogó el niño.

¿Por cuánto tiempo? Por el mismo que se obligó al autotransporte de carga a circular por el carril derecho de la carretera México-Toluca y acatar los límites de velocidad después de la ola de accidentes ocurridos en 2012. Es decir, hasta que se nos olvide y ocurra el siguiente accidente de fatales consecuencias.

Además de señalar la incongruencia de la SCT, porque el autotransporte federal de carga debe circular por autopistas, especialmente por seguridad., choferes con más de un cuarto de siglo de experiencia en carreteras federales, de aquí y de allá, de cuota y libres, dicen que la carretera no es peligrosa ni en su trazo ni en su pendiente. Y le atribuyen los accidentes a inexperiencia de los conductores, malas condiciones de los automotores —que yo descarto porque se trata de vehículos recientes—, o al exceso de confianza.

Tapar el pozo nunca ha resuelto los accidentes. Nunca ha resuelto de fondo el problema, sólo lo tapa, lo esconde y lo condena al aplazamiento. Al siguiente accidente.

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