Este artículo tiene el propósito de felicitar a los trabajadores de la construcción. Este 3 de mayo, en el Día de la Santa Cruz, celebran su día los albañiles, alarifes, maestros de obras, arquitectos, ingenieros civiles, chalanes y un montón de “colectivos” —no sé si poner “colectivas” y “colectives”, por aquello de la inclusión— especializados de diferentes denominaciones que participan activamente en el sector de la construcción.
Reciban la más sincera felicitación de parte del arriba firmante. Siempre se les reconoce su esforzado trabajo, menos cuando se hacen guajes en la obra pública. Ahí no. Ahí también se les recuerda con cariño, pero de una manera distinta… digamos, con una efusividad ciertamente cargada de sentimientos desventajosos (para todos), que se suelen traducir en recordatorios familiares que hieren el honor, los oídos y hasta la castidad.
En México la industria de la construcción es una de las dos grandes ramas industriales con mayor generación de empleo. Se trata de un millón 750 mil trabajadores formales en la construcción, de los cuales 300 mil son mujeres. Descontando a la manufactura, ninguna otra rama económica industrial genera tantos y tan variados trabajos.
Este volumen de empleos, por cierto, muestra que a pesar de los altibajos en el sector, el número de empleados ya superó las cifras del periodo más agrio de la pandemia de Covid-19.
En el caso del estado de México, nos corresponde una cifra cercana a 130 mil maestros, cucharas, medias cucharas, chalanes y anexos. Estos números sólo están detrás de la Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco —en ese orden— en la generación de empleo del sector constructor.
Así que si hay fiestas por aquí y por allá, cohetones, cruces adornadas y alguno que otro alarife al que se le pasaron las cucharadas, tantita comprensión. Es cierto que hacen san lunes y que los hay chambones, pero también algunos le dan un repasón a ingenieros y arquitectos con sus conocimientos prácticos, además de que se trata de un trabajo que requiere mucho esfuerzo físico y mental, de modo que es menester desearles toda clase de parabienes.
Y esta inclinación fraterna del arriba firmante tiene un componente adicional: la afición por la máquina cementera de la Cruz Azul, equipo de la Liga Mx asociado por supuesto a la idea de los bultos de cemento, éste a la mezcla y a su vez a la noble profesión del albañil.
Loa, pues, a quienes construyen, hombres y mujeres.