Un estudio realizado por por investigadores de la Wake Forest School of Medicine señala que el alcohol produce los mismos cambios neurales y moleculares que los antidepresivos.
Kimberly Raab-Graham, una de las investigadoras del estudio señala que ésta hipótesis puede ser sustentada por datos químicos, aunque el alcohol no puede ser considerado como un tratamiento 100 por ciento efectivo para la depresión.
El estudio publicado en la revista Nature Communications señala que el alcohol siguió la misma ruta bioquímica como antidepresivos rápidos en los animales.
Cabe señalar que en los últimos dos años, las dosis de antidepresivos rápidos como ketamina han demostrado ser capaces de aliviar síntomas de depresión dentro de unas horas, con una duración de hasta dos semanas.