Hoy es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, y la pobreza, ¿se acabará algún día? La respuesta está en al menos tres acciones: crear las condiciones para el empleo y salario digno de los trabajadores; fortalecer y ampliar los programas sociales y mejorar el acceso a servicios básicos.
Y es que vivir pobre significa enfrentar dificultades diarias de alimentación, vivienda y salud. Es decir, los pobres sustituyen alimentos costosos como la carne por el huevo o embutidos baratos y reducen el número de comidas diarias, lo mismo que las porciones, aunado a que priorizan la alimentación de los niños y miembros que trabajan. En cuanto a la vivienda, las familias suelen vivir en condiciones precarias, en zonas marginales, y de salud, recurren a remedios caseros, medicinas tradicionales o clínicas comunitarias.
Según el INEGI, en 2024, tres de cada 10 mexicanos están en situación de pobreza.
La pobreza ha existido siempre y su raíz se halla vinculada a la desigual distribución de la riqueza; reducirla tiene que ser un compromiso general y una obligación moral por la dignidad de todas las personas.
