Durante la temporada navideña salen a relucir valores y sentimientos como el amor, la unidad y la paz. Algo que contrasta con la realidad que se vive en México la mayor parte del año y que es la violencia del narcotráfico, los secuestros, feminicidios, asaltos, robos en la vía pública y violencia intrafamiliar o agresiones físicas, sexuales y sicológicas a miembros de la familia. Las causas son múltiples pero influyen factores de tipo económico, social y cultural.
El último reporte nacional es de los hechos ocurridos en Salvatierra, Guanajuato, durante una reunión de jóvenes en una fiesta-posada que da pie a registrar que en este año han habido 427 masacres, según la organización no gubernamental Causa Común. Es decir, situaciones de horror, atrocidades y eventos de alto impacto. En este sentido, la Organización Panamericana de la Salud advierte que la violencia tiene enormes consecuencias en la salud de las personas. Es decir, puede aumentar el riesgo de fumar, consumir alcohol o drogas, padecer enfermedades mentales o tendencia al suicidio, así como problemas del corazón, diabetes y cáncer.
La violencia tiene salidas como la prevención de delitos, labores de inteligencia, aplicación de la ley, programas educativos y acciones en individuos y comportamientos. Qué bueno que tengamos un periodo para estar y disfrutar con los seres queridos pero comencemos por reflexionar sobre la violencia en nuestro entorno, es que a veces propiciamos y no la queremos ver como tal pero que parte de la tolerancia, el respeto y ponernos en el lugar del otro.
