Con un par de semanas más antes de que termine el periodo vacacional y con el regreso a clases en puerta el uso y abuso de las tarjetas de crédito se convierte en una gran tentación.
El uso de promociones de meses sin intereses se ha convertido en un hábito de consumo, que si bien tiene ventajas, puede convertirse además en un dolor de cabeza por varios meses y una limitante a la vida cotidiana.
Jorge Mata, Co Fundador de Bzero Financiera aseguró que el punto clave para tener unas vacaciones felices incluso después del regreso es tener un presupuesto, este debe considerar algunos puntos: los gastos de traslado, el costo de hospedaje y alimentos, recursos para ocio y finalmente un recurso para eventualidades o emergencias.
Uno de los errores más comunes es tratar de pagar todo a meses sin intereses pues esto se convierte en un candado a los recursos disponibles que se tendrán después.
“La tarjeta de crédito no es el patrocinador oficial de las vacaciones…Vamos a cenar tarjeta, vamos a la playa tarjeta, la ropa la pagué con la tarjeta, el hotel lo pagué con la tarjeta, que vamos a comprar chucherias, ese es un error dejar de depender del dinero propio y empezar a depender de la tarjeta de crédito”
La recomendación es que la tarjeta o créditos en general no representen más allá del 30 por ciento de los ingresos totales mensuales y nunca hacer el pago mínimo que marca el estado de cuenta sino abonar a capital.
Haber un balance de lo que se gasta en efectivo o con débito también es indispensable para no depender exclusivamente del crédito.
“Si tú pago mínimo era de mil pesos que no tiene tema pero tú pago mínimo más las promociones de meses sin intereses es de 3 mil 500 entonces 4500 pesos se vuelven una locura y ahí es donde dicen que no pueden pagar eso”
El uso de varios plásticos también depende de qué tan organizada es la persona para no acumular demasiadas deudas que después no puedan ser manejadas.
Finalmente es importante estar conscientes de que los recursos de las vacaciones son las fotos no las llamadas de cobro varios meses después de haber disfrutado los días de descanso.
