La venta de gasolina ya pasó al plano virtual, pues ahora se registran anuncios en internet, vía redes sociales, de individuos y supuestos grupos con mensajes que ofrecen el combustible y lo entregan a domicilio.
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Por su lado, los avisos de particulares advierten que se trata de gasolina, no huachicol, y por su lado, los que presumen trabajar en grupo destacan que su “gente” se hace responsable del traslado puntual del hoy preciado líquido verde.
Sin embargo, en uno y otro caso se asoman actitudes ventajosas de cara a las necesidades de las personas, a la vez que el aprovechamiento a la falta de regulación de lo que se publica e internet y de la lenta reacción policiaca.
Esta situación sucede asimismo en convicción de una gran mayoría de habitantes de este país por frenar la delincuencia y corrupción alrededor de la circulación de gasolina. De ahí la duda de si ¿tan difícil es portarse bien, respetar a los demás y honrar las leyes que nos rigen?