Apuestan supervivencia restauradores del Niño Dios al valor sentimental de cada imágen

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Más que una actividad  con mucha demanda, los restauradores del Niños Dios le siguen apostando al oficio por el valor sentimental que las personas le dan a cada imagen, es decir, el que la pieza sea simbolo del  recuerdo de alguna alguna persona o  revivir un momento especial.

(Foto: Ana Hernández).

Es por ello que, aún cuando, en algunos casos, el pedir que se restauré una pieza representa un costo similar a  la compra de una nueva  imágen,  se mantiene el oficio.

Para Ricardo Mejía, restaurador desde hace  nueve años, si bien ya cuenta con una cartera de clientes y estos últimos días ha tenido más solicitudes que hace un año, este 2022 no ha concluido el proceso de recuperación económica registrado hasta antes de la pandemia, aunque también señala que lentamente se va perdiendo la tradición.

Para el restaurador de una parte del arte sacro, este proceso comienza con valorar las condiciones en las que se halla la imagen, buscar si las piezas dañadas forman partes de su stock, pues de lo contrario tendrá que elaborar, amoldar, pegarlas y dejar reposar para el fraguado y al final repintar.

Ricardo comenta que se trata de un oficio que heredó  de los famosos  restauradores del mercado Juárez de Toluca. Su mayor satisfacción es cuando el cliente se lleva la imagen con la seguridad de que se ha hecho un buen trabajo.

Y auque su trabajo lo ha llevado a restaurar piezas conocidas como la Virgen del Carmen del Mercado 16 de Septiembre, en el centro de Toluca, en cada encargo pone todo su empeño, su amor y dedicación. Una labor de varias horas continúas  pues la mayoría de  clientes  requieren el mismo día la entrega del trabajo. Debe ser rápido y ágil, añade,  pues son piezas muy frágiles.

El que no permanezca mucho tiempo una imagen en su pequeño taller es ideal, pues si transcurrieran algunos días, quizás un descuido ocasionaría un nuevo daño debido a lo frágil del material.

El restaurador también comenta sobre sus vivencias de nueve años en restaurar al Niño Dios. Este tiempo le ha enseñado que cuando una persona regatea el costo, la imágen, por situaciones extrañas, no permite una adecuada manipulación y el restaurador tendrán que hablarle con cariño.

A casi 15 días de la presentación del Niño Jesús en el Templo, la demanda continúa baja, de ahí que recien buscó ayudarse a través de redes sociales bajo el nombre de  Richard restauración Mejía e invita a conocer su trabajo.

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