La imposición de aranceles desde Estados Unidos a México, aplicada desde este fin de semana, afectará de manera sentida precios, capacidad de compra, costos, el tipo de cambio y la operación de empresas, particularmente de sectores como el automotriz, autopartes, los electrodomésticos, y el sector agrícola, no solo para México sino para toda la región, también impactará en el crecimiento económico de Canadá, Estados Unidos y México.
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Ante esta situación, se hace necesario establecer estrategias más allá de una guerra arancelaria, señalo Mauricio Massud Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México, quien explicó que el gobierno mexicano está llamado a tomar medidas en dos acciones fundamentales: una postura diplomática firme y de atención a problemas estructurales que beneficien a todo el continente en materia de seguridad y un plan agresivo que garantice la certeza jurídica de las empresas y su acceso a servicios básicos como es la energía, el agua y el personal calificado.
Señaló que en este momento es prioritario garantizar la operación de las empresas con medidas de fortalecimiento local.
“Más allá del incremento en los aranceles para productos provenientes de Estados Unidos… se deben tomar medidas de fondo y evitar una escala de aranceles que restan competitividad a las empresas e impiden que los ciudadanos se hagan de bienes”.
México y EE. UU. dependen mutuamente de sus productos.
Al momento las exportaciones de México hacia Estados Unidos ascienden a 475 mil millones de dólares, fundamentalmente, en el sector de transportes, maquinaria, combustibles, aceites minerales y artículos manufacturados, pero también se tiene una amplia dependencia de Estados Unidos hacia productos mexicanos relacionados con el sector agroindustrial, por lo que, la afectación será para toda la región si no se toman medidas que, en efecto, beneficien al continente y su competitividad.
Finalmente, explicó que el gobierno mexicano debe decidir con estrategia, análisis y mediciones precisas más allá de una ideología que por los últimos años ha marcado un camino que menoscaba el desarrollo económico y hace menos atractiva la instalación de empresas en nuestro país.