Arquitectura libre

0
76

Señoras y señores, el 12 de marzo, es Día Mundial Contra la Censura en Internet. Y también es día de los tuiteros o como se llamen en la actualidad los usuarios de la red que se llamó Twitter y ahora lleva por nombre Equis.

Internet y las plataformas que alberga han sido concebidas, de manera hasta utópica, como un espacio donde se materializan —virtualmente— los ideales más grandes en materia de comunicación y conexión de los seres humanos. Representa y aloja algunos de los conceptos más sublimes de la convivencia humana… aunque a lo largo del tiempo, los poderes que conviven en Internet han tratado de imponer, y lo han logrado en algunos casos, condiciones y límites a la apertura y libertad inherentes a la “telaraña mundial”.

Internet, el “sistema global de información” con una naturaleza inacabada, una arquitectura descentralizada y sin regulaciones. El espacio “en el que no había que pedir permisos” y que significaba la existencia de valores trascendentales: apertura, libertad, democracia, libertad de expresión y comunicación.

Esos valores se dieron por hecho, y todavía en la actualidad muchas suposiciones sobre la neutralidad y las posibilidades liberadora e igualitaria de la red de redes están arraigadas en el imaginario colectivo.

Pero ese paraíso comercial y para la democracia que han imaginado algunos de los profetas de la red tuvo su lugar en el tiempo, pero conforme ese sistema vivo crece y se amplifica, han crecido también las fuerzas que intentan regularlo y controlarlo.

En Internet —y “las benditas redes sociales”— la gente es capaz de publicar opiniones, comunicarse sin restricciones y gestar comunidades. Al crecimiento de las capacidades de la gente, aumentaron las fuerzas que han intentado la regulación y posesión de la telaraña mundial, al grado de impulsar controles para atenazar una plataforma naturalmente abierta. Esos intentos de control reflejan la maduración a la que ha llegado Internet y repiten lo ocurrido con otras plataformas de comunicación como la prensa, radio y televisión. Los argumentos actuales para controlar Internet han sido la seguridad, la lucha contra el terrorismo o la protección de grupos vulnerables. Estas presiones de los poderes de diversa índole, persiguen el establecimiento de límites, filtros, vigilancia y censura.

Así, mientras las fuerzas sociales empujan hacia una arquitectura libre y abierta, las fuerzas gubernamentales y comerciales amenazan, mediante el establecimiento de controles, con aminorar la libertad de expresión, la privacidad, las comunicaciones seguras, la igualdad de acceso, el dominio público del conocimiento y hasta sobre la diversidad cultural.

Los intentos de control sobre la Internet sobran: las grandes empresas han construido en los últimos años sus propios territorios, con sus reglas y límites. y los usuarios nos hemos adaptado hasta aceptar tácitamente restricciones o actos de censura y autocensura. Sin ir más lejos, la vigilancia de actos privados en los que se bloquean contenidos alegando razones políticas, sociales, comerciales y de seguridad.

La arquitectura libre socavada por la amenaza privada y oficial. Necesario tenerlo presente en el Día Mundial Contra la Censura en Internet.

Comentarios

comentarios