Atención obstétrica durante la pandemia, uno de los mayores retos: Galindo Jaimes

0
447

Uno de los mayores retos a los que se enfrentó el personal médico durante la emergencia sanitaria por COVID-19 fue la atención obstétrica. 

De suma importancia la implementación de estrategias para la atención y seguimiento de las mujeres embarazadas (Foto: especial).

Desde el inicio tuvieron que utilizar estrategias específicas para su atención y seguimiento, así lo indicó la doctora Ana Gabriela Galindo Jaimes, especialista en Ginecología y Obstetricia, adscrita al Hospital General Regional (HGR) No. 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Estado de México Poniente.

“Hacer uso del Equipo de Protección Personal (EPP), desde el arribo de las pacientes al hospital, nos dio un nuevo reto como especialidad quirúrgica. Vimos en estas pacientes complicaciones en bebés, tanto prematuros como de término. La mayor dificultad fue la neumonía por COVID, que ameritó el apoyo mecánico respiratorio para garantizar el bienestar del binomio mamá-bebé y poder reintegrarlos a sus familias”, resaltó la especialista.

Ejemplo de esto, es el caso de Anahí “N”, de 36 años, quien se convirtió en mamá en enero del presente año. Una vez que nació su hija presentó algunos síntomas respiratorios, por lo que ella y su familia se realizaron la prueba para descartar COVID-19, todos resultaron positivos.

Los primeros días de la enfermedad los pasó con síntomas leves, pero al octavo día comenzó con complicaciones respiratorias y fiebre, por lo que acudió al área de urgencias del HGR 251, donde su saturación de oxígeno era de 57, motivo por lo que fue atendida de manera inmediata, requirió intubación, situación que la mantuvo en terapia intensiva más de 20 días.

Al salir de terapia permaneció una semana más en el hospital, le fue administrado antibiótico por 15 días más. “Una vez consciente, me sentía muy débil para realizar las actividades más esenciales. Siempre estuve bien cuidada y atendida; los enfermeros siempre me cuidaron, me acercaron fotos de mi hija, cartas de mi esposo y eso era lo que me mantenía, incluso pude hacer algunas video llamadas”, indicó Anahí.

Después de su egreso, aún tiene algunas secuelas: entumecimiento en los pies, en las manos, tiene caída del cabello, la repercusión psicológica ha sido la más fuerte. No podía dormir, sentía que si dormía ya no iba a despertar; aún sigue el temor de reinfectarme y regresar al hospital.

“Agradecerles (equipo de salud) porque creo que somos varios códigos maternos que hemos sobrevivido a esto. Gracias por sus horas, por su esfuerzo, no dejen de luchar por nosotros porque sin ustedes, nosotros no estaríamos aquí, contando una historia triste pero bendecida, gracias por luchar y los aliento a seguir luchando por esas personas que lo necesitan”, finalizó Anahí.

Comentarios

comentarios