A lo largo del último año en México se registró una reducción de 6% en el número de mujeres que se encuentran laborando derivado de la pandemia y el incremento en actividades dentro de sus hogares.
De esta manera México se ubica en el penúltimo lugar de participación femenina en el mercado laboral con apenas el 46%, teniendo una tasa de desocupación superior al 12% y reduciendo de manera significativa el ingreso de los hogares mexicanos.
De acuerdo con el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo es indispensable que las políticas públicas estén orientadas a ofrecer acceso e igualdad en los centros de trabajo, así como oportunidad para que las mujeres desarrollen actividades productivas desde sus hogares y sin que esto les jueguen en contra.
Durante el foro “Oportunidades para potenciar y desarrollar el talento en la era post COVID”, realizado por la Asociación Mexicana de Empresas de capital humano, se estableció que prácticamente la mitad de las mujeres en el país dejan su empleo después de tener un bebé, mientras que los hombres pueden llegar a ganar hasta 11% más cuando se convierten en padres.
Las acciones del hogar significan hasta un 20% más de tiempo laborado, convirtiendo esto en una doble jornada y obligando en muchos de los casos a su abandono de mercado laboral.
Las mujeres también ha tomado un punto fundamental en la atención de adultos mayores, personas enfermas o quienes necesitan quedarse en casa, pues se convierten en cuidadoras de parte de la familia y en víctimas de los estereotipos de género
En muchos de los casos se trata de mujeres con alto nivel educativo, experiencia y niveles de productividad significativo que derivado de las condiciones actuales no pueden continuar con sus empleos, siendo este un derroche de talento y de oportunidades de crecimiento para el país.
Previo a la pandemia en México el 52% de las mujeres en edad productiva tenía un trabajo situación que ha caído hasta el 45 por ciento en los últimos meses.
