Durante la pandemia, el Centro de Integración Juvenil ubicado en el municipio de Toluca registró un incremento en solicitudes de apoyo por parte de los padres de familia de jóvenes consumidores.
Esto ocurrió sobre todo al principio cuando se declaró semáforo rojo por primera ocasión en la entidad y se debe a que derivado de las medidas de sana distancia y confinamiento, quienes consumen una droga tuvieron que hacerlo en sus casas y no así en la calle o con amigos, motivo por el cual, los papás se dieron cuenta de que sus familiares tenían una adicción.
“Son personas que ya consumían y que no se habían dado cuenta pero una vez que lo hacen en casa se percatan y deciden acudir”, expresó Juan Carlos Cruz Miguel, director del Centro de Integracion Juvenil en Toluca.
Y aunque incrementaron este tipo de solicitudes, en general la atención que brinda el CIJ disminuyó considerablemente pues cuando al año atienden aproximado de 600 personas con alguna adicción, en el año que recién terminó se registraron poco menos de 400 personas.
Otra situación que se registró es que, quienes consumían metanfetaminas como el cristal presentaron síntomas que anteriormente no registraban como lo son casos de psicosis, alucinaciones, paranoia, entre otros.
Esto podría atribuirse al cambio de sustancias con las que se elaboran estas drogas químicas pues con el cierre de fronteras y cancelaciones de vuelos, algunos productos pudieron no haber llegado y se buscaron alternativas para su elaboración. En cuanto al consumo de drogas en el Estado de México el alcohol y el cigarro encabezan la lista aunque estas son permitidas, le siguen las ilegales y primero está la marihuana, cocaína y metanfetaminas, respectivamente.
